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Las Hagadót más antiguas del Mundo

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MORRIS STRAUCH PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO

 

Haggadah from the Cairo Geniza, likely the oldest yet known, dating from around the 10th century.

Haggadah from the Cairo Geniza, likely the oldest yet known, dating from around the 10th century.

Ex. 13: 8. “Y harás saber a tu hijo en aquel día, diciendo: “Esto es con motivo de lo que el Señor hizo por mí cuando salí de Egipto.”

De ahí la Hagadá, הַגָּדָה “contar”, el texto que lleva el rezo en el Seder de Pesaj. Cuenta sobre la liberación hebrea de la esclavitud en Egipto. La ceremonia de Pesaj, al Seder (1), también se le puede decir Hagadá, como hacen algunos, por ser el hecho de narrar lo sucedido en Egipto. La Hagada de Pesaj es un libro de oraciones con las enseñanzas y canciones del Seder, para celebrar y aprender en uno de los rituales más antiguos de la humanidad. Los diseños de las hagadot han sido muy variados y creativos a lo largo de la historia.

Las Hagadot de Pesaj más antiguas encontradas a la fecha datan del siglo X u XI. Encontradas a finales del siglo XIX en la Genizá del Viejo Cairo, Egipto, en un repositorio de la sinagoga Ben Ezra en Fustat que contiene siglos de textos litúrgicos judíos y otros documentos. Son textos, escritos a mano en papel, en algún lugar de Oriente Medio. Una de ellas, se almacena en la Universitäts-und Landesbibliothek Darmstadt.

En 1897, dos mujeres escocesas que habían comprado un manuscrito en El Cairo lo llevaron al Prof. Salomón Schechter, investigador y maestro de literatura rabínica en la Universidad de Cambridge, para identificarlo. Se trataba de un fragmento original hebreo del Ecclesiasticus compuesto por Shimón Ben Yehoshúa Ben Sira cerca de 240 años antes de la destrucción del Segundo Templo. Schechter viajó al Cairo para buscar más material histórico de esa época en el ático de la sinagoga Ben Ezra del El Cairo, usada como depósito de textos hebreos que llegaron ahí por las migraciones israelitas ¡de regreso a Egipto! debido a las invasiones árabes y europeas al Israel de la era post romana. Schechter encontró allí casi un cuarto de millón de documentos de más de 1.000 años de antigüedad que en la correspondencia con su esposa llamaba en yidish a esa fortuna la Genizashmutz -Basura de la Genizá. La mayor parte de los manuscritos de la sinagoga Ben Ezra fueron transferidos a Cambridge, otros se encuentran en la colección del Archimandrita Antonin, de la Iglesia Ortodoxa de Jerusalem y en la Biblioteca Nacional Rusa de San Petersburgo.

Google Maps: Sinagoga Ben Ezra en el Cairo Genizá, Egipto.

Google Maps: Sinagoga Ben Ezra en el Cairo Genizá, Egipto.

Otra de las hagadót del Cairo fue llevada al Centro de Altos Estudios Judaicos, en la Universidad de Pennsylvania. Presenta la tradición de la tierra de Israel y es diferente a las de la comunidad Babilónica de los Geonim (2). Por ejemplo, esta Hagadá incluye diferentes preguntas y carece de la elaboración midráshica (3) completa. Una tercera, se conserva en el Instituto de Investigación Annenberg para Estudios Judaicos y del Cercano Oriente de la Universidad de Pensilvania, y otra, donada por Elkanan N. Adler, en la Biblioteca del Seminario Teológico Judío de NY, se cree que es de una fecha similar, de alrededor del año 1000.

Una de las hagadót se encuentra casi completa, y en base al el estilo de escritura, está fechada en la misma época que las demás, eso la hace unos de los manuscritos hebreos, escritos en papel, más antiguos conservados a la fecha. En el ático de la sinagoga de Ben Ezra no solo hay textos religiosos, sino legales, históricos, literarios, escolares y hasta recetas de cocina.

Inverosímilmente el texto que celebra la salida de Egipto, regresó precisamente a dicho lugar, ¿como se le llama a eso, la venganza del faraón o simplemente es un testimonio?

 


1”Orden”

2 Los presidentes de las dos grandes escuelas talmúdicas en Babilonia: Sura y Pumbedita, aceptados como líderes espirituales de la comunidad judía en todo el mundo durante la Temprana Edad Media, años 589-1038.

3 Interpretativa, explicativa.


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La No Campaña Publicitaria de Heinz en Pesaj

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Cada primavera, los lectores desplazándose por las páginas de la prensa judía de Pittsburgh de mediados de siglo podían esperar ver un anuncio diferente de todos los otros anuncios:

The Jewish Criterion, April 16, 1954, p. 18. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
The Jewish Criterion, Abril 16, 1954, p. 18. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.

Esta declaración de la H.J. Heinz Company se encuentra en agudo contraste con los anuncios publicados típicamente en el Jewish Criterion. Su idioma visual se ajusta más a un anuncio de Defensa Civil que a una propaganda de sopa. “¡JAMETZ! ¡JAMETZ!” advierte al lector, usando la palabra hebrea para la categoría de alimentos prohibidos en Pésaj. Este anuncio y otras versiones de él a lo largo de los años demuestran la sensibilidad de la H.J. Heinz Company hacia las necesidades dietéticas de sus clientes judíos observantes de la religión. No es a menudo que una empresa paga un anuncio instando a los clientes a no comprar su producto. La declaración anual previa a Pésaj de Heinz es emblemática de la conexión larga y única entre la empresa y la comunidad judía en Pittsburgh y más allá.

American Jewish Outlook, April 26, 1937, p. 7. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.American Jewish Outlook, Abril 26, 1937, p. 7. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
A wartime statement in the Jewish Criterion, April 7, 1944, p. 10. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
A wartime statement in the Jewish Criterion, April 7, 1944, p. 10. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
Jewish Chronicle, April 1, 1966, p. 17. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
Jewish Chronicle, April 1, 1966, p. 17. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.

Ustedes pueden no haberlo advertido, pero mucha de la comida empaquetada que compran está engalanada con una pequeña “U” encajada dentro de una “O.” El símbolo Ⓤ es la insignia del consejo rabínico Orthodox Union y cualquier producto que lleva la marca de OU ha sido aprobado como kasher por el consejo. Según la Orthodox Union, hoy entre un tercio y una mitad del alimento vendido en los supermercados estadounidenses típicos es etiquetado como Kosher.[1] Sin embargo, esto no fue siempre así. La corrupción y falta de transparencia que caracterizaron a mucha de la industria alimenticia en el amanecer de la Era del Progreso se extendieron al mundo de la certificación Kosher. Los consumidores tenían poca garantía que la comida empaquetada y enlatada que comían contenía lo que los fabricantes decían que contenía. En 1924, la Orthodox Union (anteriormente la Union of Orthodox Jewish Congregations) estableció una agencia para enviar a los rabinos supervisores, conocidos como mashguiajs, a inspeccionar las fábricas y certificar los productos. Por comparación, no fue sino hasta la aprobación en 1938 de la Ley de Alimentos, Drogas y Cosméticos que el gobierno federal tuvo la autoridad para llevar a cabo las inspecciones en fábricas por su cuenta.[2]

A mashigach inspects a vat of Heinz soup, November 5, 1951. Detre Library & Archives at the Heinz History Center.
Un mashguiaj inspecciona una tina de sopa Heinz, 5 de noviembre de 1951. Detre Library & Archives at the Heinz History Center.

Para una empresa que luchó por la ley  fundacional de Alimentos y Drogas de 1906 y se jactó del cumplimiento de “todas las leyes a lo largo del mundo” en sus etiquetas, la certificación de la Orthodox Union ofrecía otra forma para que Heinz establezca la norma para pureza alimentaria. En 1927, la H.J. Heinz Company se volvió la primera marca nacional con productos aprobados por la Orthodox Union.[3] Heinz también se convirtió en la primera empresa en pregonar el ahora ubicuo Ⓤ en muchas de sus etiquetas. De hecho, el diseño simple y duradero del símbolo fue la obra de una colaboración entre la Orthodox Union y el departamento de arte de la H.J. Heinz Company.[4]

Sample label for Heinz Tomato Ketchup, 1934. Detre Library & Archives at the Heinz History Center.
Etiqueta de muestra para el Ketchup de tomate Heinz, 1934. Detre Library & Archives at the Heinz History Center.
American Jewish Outlook, December 9, 1955, p. 4. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
American Jewish Outlook, December 9, 1955, p. 4. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.

No todo producto Heinz es Kosher. Las latas de puerco y frijoles o sopa de guisantes con jamón no llevan el símbolo de la Orthodox Union. Sin embargo, el número de artículos de Heinz disponibles para los judíos observantes de la religión ha crecido a lo largo de los años – 26 en 1927, 47 en 1937, más de 50 para 1942 – y sigue siendo impresionante. La propaganda anual de Heinz para el público judío es de igual manera impresionante por su cambio de códigos y familiaridad con su público. Descriptores informales como meijel (“delicadeza”) y mejaya (aproximadamente, “una delicia”) abundan y la propaganda al lado señala una comprensión de las leyes dietéticas que gobiernan la separación de platos lácteos (“miljig”) y de carne (“fleishig”).

Para muchos judíos, la prohibición sobre el pan leudado el Pesaj (“jometz”) se extiende a otros granos de cereal y legumbres y necesita una limpieza minuciosa de la casa entera. El trabajo necesario para limpiar todo grano de los edificios de Heinz para una semana de producción kosher para Pesaj explica el motivo por el cual la empresa no emprendió volverse kosher el año entero. Sin embargo, Heinz tomó la medida de crear campañas publicitarias costosas y memorables advirtiendo a sus clientes que se abstengan de sus productos durante Pésaj. Las declaraciones anuales de Pésaj de Heinz sirvieron como una expresión de e inversión en la relación histórica disfrutada por la empresa con la comunidad judía estadounidense.

American Jewish Outlook, March 29, 1957, p. 13. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.American Jewish Outlook, March 29, 1957, p. 13. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.
Jewish Criterion, April 16, 1943, A-56. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.Jewish Criterion, April 16, 1943, A-56. Pittsburgh Jewish Newspaper Project.

David Schlitt  es el director del Rauh Jewish History Program & Archives en el Heinz History Center.

[1] Eleanor Foa Dienstag, In Good Company, (New York, N.Y.: Warner Books, 1994), p. 275.

[2] Shulamith Z. Berger, “The OU: Pioneering the Jewish Food Industry,” Jewish Action, Summer 2011, 47, accessed April 2016.

[3] Bayla Sheva Brenner, “The Super Mashgiach,” Jewish Action, Summer 2011, 46, accessed April 2016.

[4] “FDA History – Part II: The 1938 Food, Drug, and Cosmetic Act,” accessed April 2016.

Fuente: Senator John Heinz History Center en asociación con la Smithsonian Institution- Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

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La campaña no publicitaria de Heinz en Pésaj

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DAVID SCHLITT

“Cada primavera, los lectores desplazándose por las páginas de la prensa judía de Pittsburgh de mediados de siglo podían esperar ver un anuncio diferente de todos los otros anuncios”.

Esta declaración de la H.J. Heinz Company se encuentra en agudo contraste con los anuncios publicados típicamente en el Jewish Criterion. Su idioma visual se ajusta más a un anuncio de Defensa Civil que a una propaganda de sopa. “¡JAMETZ! ¡JAMETZ!” advierte al lector, usando la palabra hebrea para la categoría de alimentos prohibidos en Pésaj. Este anuncio y otras versiones de él a lo largo de los años demuestran la sensibilidad de la H.J. Heinz Company hacia las necesidades dietarias de sus clientes judíos observantes de la religión. No es muy usual que una empresa pague un anuncio instando a los clientes a no comprar su producto. La declaración anual previa a Pésaj de Heinz es emblemática de la conexión única entre la empresa y la comunidad judía en Pittsburgh y más allá.

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Ustedes pueden no haberlo advertido, pero mucha de la comida empaquetada que compran está engalanada con una pequeña “U” encajada dentro de una “O.” El símbolo Ⓤ es la insignia del consejo rabínico Orthodox Union y cualquier producto que lleva la marca de OU ha sido aprobado como kosher por el consejo. Según la Orthodox Union, hoy entre un tercio y una mitad del alimento vendido en los supermercados estadounidenses típicos es etiquetado como kosher.[1] Sin embargo, esto no fue siempre así. La corrupción y falta de transparencia que caracterizaron a mucha de la industria alimentaria en el amanecer de la Era del Progreso se extendieron al mundo de la certificación kosher. Los consumidores tenían poca garantía de que la comida empaquetada y enlatada que comían contenía lo que los fabricantes decían que contenía. En 1924, la Orthodox Union (anteriormente la Union of Orthodox Jewish Congregations) estableció una agencia para enviar a los rabinos supervisores, conocidos como mashguiajs, a inspeccionar las fábricas y certificar los productos. Por comparación, no fue sino hasta la aprobación en 1938 de la Ley de Alimentos, Drogas y Cosméticos que el gobierno federal tuvo la autoridad para llevar a cabo las inspecciones en fábricas por su cuenta.[2]

Para una empresa que luchó por la ley  fundacional de Alimentos y Drogas de 1906 y se jactó del cumplimiento de “todas las leyes a lo largo del mundo” en sus etiquetas, la certificación de la Orthodox Union ofrecía otra forma para que Heinz estableciera la norma para pureza alimentaria. En 1927, la H.J. Heinz Company se volvió la primera marca nacional con productos aprobados por la Orthodox Union.[3] Heinz también se convirtió en la primera empresa en pregonar el ahora ubicuo Ⓤ en muchas de sus etiquetas. De hecho, el diseño simple y duradero del símbolo fue la obra de una colaboración entre la Orthodox Union y el departamento de arte de la H.J. Heinz Company.[4]

No todo producto Heinz es kosher. Las latas de puerco y frijoles o sopa de guisantes con jamón no llevan el símbolo de la Orthodox Union. Sin embargo, el número de artículos de Heinz disponibles para los judíos observantes de la religión ha crecido a lo largo de los años – 26 en 1927, 47 en 1937, más de 50 para 1942 – y sigue siendo impresionante. La propaganda anual de Heinz para el público judío es de igual manera impresionante por su cambio de códigos y familiaridad con su público. Descriptores informales como meijel (“delicadeza”) y mejaya (aproximadamente, “una delicia”) abundan y la propaganda al lado señala una comprensión de las leyes dietarias que gobiernan la separación de platos lácteos (“miljig”) y de carne (“fleishig”).

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Para muchos judíos, la prohibición sobre el pan leudado el Pésaj (“jametz”) se extiende a otros granos de cereal y legumbres y necesita una limpieza minuciosa de la casa entera. El trabajo necesario para limpiar todo grano de los edificios de Heinz para una semana de producción kosher para Pésaj explica el motivo por el cual la empresa no emprendió volverse kosher el año entero. Sin embargo, Heinz tomó la medida de crear campañas publicitarias costosas y memorables advirtiendo a sus clientes que se abstengan de sus productos durante Pésaj. Las declaraciones anuales de Pésaj de Heinz sirvieron como una expresión de inversión en la relación histórica disfrutada por la empresa con la comunidad judía estadounidense.

*David Schlitt  es director del Rauh Jewish History Program & Archives en el Heinz History Center.

[1] Eleanor Foa Dienstag, In Good Company, (New York, N.Y.: Warner Books, 1994), p. 275.

[2] Shulamith Z. Berger, “The OU: Pioneering the Jewish Food Industry,” Jewish Action, Summer 2011, 47, accessed April 2016.

[3] Bayla Sheva Brenner, “The Super Mashgiach,” Jewish Action, Summer 2011, 46, accessed April 2016.

[4] “FDA History – Part II: The 1938 Food, Drug, and Cosmetic Act,” accessed April 2016.

 

Fuente: Senator John Heinz History Center en asociación con la Smithsonian Institution

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México

 

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Mi Bobe gaucha judía

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SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Amanecía y hacía frío, ella estaba acostumbrada a fríos de verdad, aquellos que se meten en los huesos sin pedir permiso. Se puso una mañanita tejida por sus hábiles manos sobre sus hombros y, con esa bebida medio rara, medio amarga, llamada mate salió al patio. Era joven, bonita, ojos celestes cuando el sol brillaba, glaucos cuando jugaba a las escondidas tras las nubes. Rubia, pequeñita, su fuerza, su enorme fuerza era su valor y motor.

Elevó sus hermosos ojos hacia el cielo, aún oscuro, se sintió rara, no sólo por no tener miedo, esa sensación que la había perseguido durante tanto tiempo. Venia escapando de la Rusia Zarista. Sus tres pequeñas hijas aún dormían, el silencio aquel la abrumó, se sintió invadiendo la soledad del paisaje, despacito recorrió todo lo que sus ojos alcanzaban a ver, pudo escuchar aquel inofensivo ritmo campestre. Permaneció allí paradita, ella, el campo y sus recuerdos, nada más. Hizo un ademán con su mano como queriendo espantar ciertos pensamientos, sabía que era una utopía, así como muchos judíos llevaban para siempre grabado un número en sus brazos, ella llevaba grabadas en su alma sensaciones que, quizás la acompañarían de por vida, bien sabía que el olvido era una amenaza que nunca se llevaría a cabo. Ella misma era una más de esa masa de sujetos perseguidos, humillados, ella misma había vivido una verdadera odisea, ella ahora trataba de adaptarse con todas las fuerzas del oprimido a esta nueva y dura vida rural. Tuvieron que superar muchos avatares, la suerte y el clima no los acompañó en esa primera colonización, en ese surgimiento de una nueva figura la del “gaucho judío”. Pasaron por dos inundaciones, pobreza casi lindando en la miseria, ella nunca se quejó puso su cuerpo y sus fuerzas a estas vicisitudes, era libre, lo demás era anecdótico. Así, poco a poco esta improvisada campesina fue afincándose en el lugar. La Rusia de los progroms, la Rusia que se ensañaba especialmente con los judíos, no dejaba de ser un recuerdo latente, doloroso. Rusia, el país del gran conocedor de almas, Dostowiesky, luego la tierra de la esperanza, de la gran gesta de la Revolución de la justicia, finalmente de la opresión ya no era su Rusia. Ella estaba naciendo en una patria nueva, ella estaba haciendo esa patria, ella ya era parte de la misma, ella estaba en la Tierra Prometida. Allí se sentía querida, protegida, allí nadie la discriminaba. Había estado expuesta al desprecio cotidiano y a persecuciones implacables y aunque trataba de hacerse la distraída, de no actualizar recuerdos de una vida sumida en amenazas, de amigos y familiares muertos, de sueños destruidos, de hogares destrozados, tuvo que reconocer que esa pesadilla viviría con ella para siempre. Estaba especialmente agradecida al Altísimo, pero también a ese nombre tan repetido, tan querido por aquellos gauchos judíos, el Barón Hirsch. Este gran hombre quien había adquirido y parcelado las tierras donde ellos ahora eran libres, este gran hombre quien permitió la huida de su familia y miles de familias como la suya de una masacre segura hacia esta tierra que sus pequeños pies pisaban, que sus pequeñas manos labraban, que su alma agradecida gaucho a caballobendecía. Ella adoraba esa figura y un retrato de Mauricio Hirsch colgaba de una pared de su modesta vivienda, así como sucedía en tantas otras viviendas de otros judíos como ella. Suspiró hondamente. Ahora, la realidad era muy distinta, ahora sus días transcurrían entre payadas criollas y dichos asquenazíes y sefardíes, entre gauchos criollos, aquellos hombres a los que aprendió a no temer por usar un cuchillo como parte de su vestimenta, esos gauchos bonachones que saludaban con una palmada en la espalda, en pretender que su marido pudiese preparar aquella deliciosa, aunque nueva para ellos, comida tan típica llamada “asado”, en tratar de preparar esas “cosas” rellenas de carne como ella le decía, pues no podía pronunciar su nombre, las empanadas, en no querer decir su gran secreto, cómo se hacia la riquísima torta de miel, que ella preparaba para recibir a todos los que por su casa pasaban. Hombres aún vestidos algunos, con un viejo caftán polaco, llevando leña al hombro, pequeños vaqueros, que pasaron del encierro del gueto al espacio ilimitado del Nuevo Mundo, de la llamada “tierra prometida” ella misma dejó de lado las ropas que había traído y empezó a vestir como los lugareños. Hirsch bien sabía que la Argentina no era el país del que manaba leche y miel… pero si un país en donde se podía vivir trabajando la tierra honestamente, duramente, empeñosamente.

Con un dejo de nostalgia continuó estudiando esa geografía tan nueva para ella y tantos otros que, como ella habían huido del miedo, la opresión, las amenazas, los progroms. No fue fácil, nada fácil, ni la huida ni la despedida, tampoco la llegada. Hablaba ruso e idish, y, le dijeron que, junto a muchos de sus acompañantes en su travesía marítima la llevarían con su familia a un lugar de la provincia de Buenos Aires llamado Carlos Casares, a una colonia agrícola, la que posteriormente se llamaría “Mauricio”. No les dieron tierra porque, en ese momento solo tenia hijas, eso no la amedrentó, al contrario los desafíos eran para ella una fuerza, un impulso, consiguió, junto a su marido un lugar y allí se estableció. Poco entendía lo que los vecinos que los recibieron les querían decir, su mente ágil pudo comprender que eran bien recibidos y eso la hizo feliz, el resto de su comunicación con el mundo circundante lo realizaba en idish, o con su eterna sonrisa, o con el pan horneado, alguna torta de miel, asistiendo a alguna vecina en su parto, o simplemente inclinando su mano para compartir esa bebida que aún no terminaba por convencerla. gauchos-judios-argentinaDespacito entró a la casa, ya el sol estaba saliendo, sacó el pan recién horneado y lo untó con mermelada casera. Para cuando su marido se levantó, ya estaba todo hecho dentro de la humilde casa, las niñas, muy pequeñas aún seguían durmiendo. Acompañó a su compañero por esos senderos tan nuevos para ella, nada ni nadie la detendría en su camino, sintió que D/os le había dado una nueva oportunidad y de ninguna manera la despreciaría. Con toda la fuerza de su juventud y la motivación de la esperanza renovada, escarbó la tierra, plantó, examinó con sumo cuidado la cosecha, arrancó yuyos, saludó al vecino, con su ahora ya curtida mano, que otrora había sido suave, blanca, la examinó y no le importó ver en ellas callosidades, tampoco tierra en sus uñas, antes largas y cuidadas, ahora cortas y sucias, ella estaba empezando a amar esta tierra, la misma que se metía bajo sus uñas. El sólo saber que sus pequeñas dormían protegidas de cualquier agresión, hizo que aquello fuera meramente un detalle, pequeño, ínfimo. Apuró su labor, en la casa había mucho por hacer todavía y las nenas pronto despertarían, despidió a su marido con Moises Villeun beso y caminó hacia su morada. Allí la esperaban otras labores no menos arduas, atender tres pequeñas, bordar unos mantelitos para vender entre sus vecinos, raspar las ollas en que cocinaba diariamente comidas cuyos sabores aún le eran extraños, con un dejo de nostalgia se acordó del arenque, no podían comprarlo, era muy caro para su presupuesto, pensó casi soñando, quizás si la cosecha se vende bien para Pesaj podrían, quizás… Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la entrada de Natalia a su casa, una vecina que, como ella llegó huyendo, en ese momento se percató de que la puerta de su casa siempre estaba abierta y respiró profundamente agradecida ese aire de libertad que esta tierra le regalaba. No había sinagoga en ese momento, pero no por ello iba a dejar de decir sus oraciones junto a la familia, alguna vez en su casa, otras en casa de algún vecino. Pero su tarea no terminaba ahí, cuando sus hijas dormían nuevamente, al anochecer, leía los textos en castellano que alguna maestra del pueblo le hacía llegar, y aún cansada por la laboriosa jornada, leía en voz alta para ella y su marido, a veces los ojos se le cerraban, pero inmediatamente volvía a abrirlos y seguía con su lectura hasta altas horas de la noche. Se acostaba y apenas apoyaba su cabeza en aquel almohadón hecho con sus propias manos, se dormía. Sabía que al otro día le esperaba otra dura jornada, sabía que estaría cocinando el pan de la familia mucho antes de que el sol despertase. Pasaron los años y ya, en la ahora llamada “Colonia Mauricio”, sus hijas crecieron, parloteando en castellano mucho antes de lo que ella pudo hacerlo, para ese entonces ellas concurrían por la tarde a la escuela idish, montaban a caballo hacia el colegio que no quedaba nada cerca. Nació su hijo varón, el único, Mauricio, cómo no llamarlo así en honor a esa, su colonia, en honor a ese otro Mauricio. Trabajosamente su casa mejoró, se agrandó, pero su faena siguió siendo dura, ella jamás se quejó, siempre con una sonrisa, sintiéndose plena, libre, ganando su pan, realmente con el sudor de su frente. El campo creció, y hubo que trabajar más, pudo comer arenque para muchas fiestas de Cementerio Moises Ville1Pesaj, casó a sus hijas con gauchos judíos de la zona, y enterró a su marido en el único y nuevo cementerio judío de por allí. Poco quedaba ya por hacer, sus hijos requerían otros horizontes y aunque le dolió dejar su alma en esas tierras en las que estaba grabado su nombre, partió hacia Córdoba, una ciudad pujante y hermosa, en donde sus hijos y su nieto pequeño, José y, aún los que todavía llegarían podrían estudiar. En Córdoba había muy buenas escuelas, bibliotecas, universidades y las mentes ávidas de saber de sus hijos, lo necesitaban. Ella, aunque triste pues ya en su vida había habido muchas despedidas, quizás demasiadas, volvió a soñar, ¡un hijo con título! quizás un doctor soñaba cerrando sus ojos, y lo que es la vida, su nieto, otro Mauricio se recibió de médico cardiólogo y entonces, recién entonces, sintió que cumplió su cometido en su vida. Ella no murió, sólo se apagó su luz para volver a encenderse en el recuerdo vivo de sus descendientes. Ninguno de sus vecinos conoció su nombre, ni falta que hacía, ella era la Bobe de todos, ella era mi Bobe, mi bobe gaucha y judía.

Patricia Rosembaum

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Los judíos, el pueblo elegido (para tener más “puentes” al año)

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LA MEIDELE

Lo que a todos los no paisanos de México les da una envidia tremenda son todos los “puentes” y fines largos que tenemos los judíos al año.

En la Ciudad de México los paisanos destacamos de varias maneras: con nuestros cientos de comercios de comida Kosher en la zonas de Teca, Interlomas y Bosques de las Lomas, por ser la mesa más ruidosa de cada restaurante de Las Lomas o Polanco, por ser la casa en la que más dan de comer en los pre copeos de tus amigos de la universidad, por mencionar unos pequeños ejemplos. Pero lo que a todos los no paisanos de México sí les da una envidia tremenda son todos los “puentes” y fines largos que tenemos los judíos al año.

Me acuerdo cuando era chiquita e iba a mi tnua que había una gran diferencia entre los niños que iban a escuelas paisanas y los que iban al Americano, al Eton o hasta la Hamilton (¡La Hamilton! ¿Se acuerdan? ¡Qué vieja me sentí!): Los que iban en escuelas judías teníamos un buen más de vacaciones al año que los que no. Y cuando digo que es un buen, me refiero a un buen… Aparte no es como si de por sí en México no dan día libre solamente porque a “chuchita la bolsearon”. Así que los paisanos de México nos vemos bendecidos año con año con lo que me gustaría llamar “un festín de días libres”.

Así transcurre más o menos nuestro año (aunque las fechas varían por el calendario judío):

Enero/Febrero: Venimos regresando de donde sea que pasemos año nuevo (no judío) y como nos encanta darnos las vacaciones largas, ya casi es mediados de enero. Pero para que no nos abrumemos mucho, a finales de enero o principios de febrero nos damos nuestro primer “puente” del año, ¿merecido no?, pues llegó Tu B’Shvat.
Nada mala idea darse un fin de semana largo en Cuerna o Valle para relajarse de las primeras 3 semanas que han transcurrido en el año.

Marzo: P-U-R-I-M, una de las fiestas favoritas de los niños, pero no sé que tan favorita sea de las mamás que tienen que preparar los disfraces y lidiar con dramas de sus hijos cada año. Pero no hay de que preocuparse, las instituciones paisanas nos dan un día libre en Purim para descansar a mediados de Marzo, pues ya va casi un mes y medio que no hay “puentes”.

Abril: Uno de los meses más vacacionados del año para todo el mundo, ¡pero para los paisanos más! Si tenemos suerte, Semana Santa cae separado de Pésaj y así tenemos doble vacación, en muchas ocasiones dos semanas seguidas. Así que los paisanos de plano armamos maletas en abril para aprovechar cada minuto posible fuera de la contingencia de la ciudad.

Mayo/Junio: Termina el Omer y comienza la fiesta. Entre tantas Bar-Mitzvot en jueves en la mañana y desvelones tremendos de todas las bodas, estamos a-go-ta-dos. Lo bueno es que, aunque a diferencia de lo que creerían los gringos en México no tenemos “puente del 5 de mayo”, los paisanos sí tenemos puente de Lag Baomer; aunque muchos confesarían que no tienen idea que es esa festividad. Y para rematar a mediados de junio Shavuot nos regala otro fin de semana largo. ¡Aparte ya casi es verano y nos urge una asoleadita!

Julio/Agosto: No tenemos ni festividades paisanas ni puentes mexicanos… ¡Pero son vacaciones de verano! Así que no se diga más y a disfrutar.

Septiembre/Octubre: Apenas empieza el ciclo escolar y con igual empuje empieza la temporada más fuerte de días libres paisanos. Y no se olviden del “puente” más esperado de los mexicanos: el 16 de septiembre. Las festividades comienzan con Rosh Hashaná, en donde, aunque por supuesto que no salimos de viaje, más por supuesto no vamos a la escuela o a trabajar. Seguido por Kipur a mediados de octubre en donde claro que tampoco laboramos. Y después, hacia el final de mes, Sucot y Simjat Torá, festividades que nos encanta pasar a los paisanos en familia, fuera de la ciudad. Se podría decir que en estos dos meses vamos a la escuela o a trabajar unos 10 o 15 días en total.

Noviembre: En este mes no hay festividades paisanas que nos lleven a días libres, pero no hay nada que temer. Hay dos días patrios que son fin de semana largo, el 2 de noviembre, por Día de Muertos, y el 20 por la Revolución. Además, seguramente en las escuelas paisanas habrá un día en que haya evaluaciones de niños o capacitaciones de maestros para no perder el ritmo de días libres que llevamos ya por 11 meses del año.

Diciembre: El último mes del año está repleto de fiestas por donde lo veamos, por un lado Janucá para los paisanos, por el otro las vacaciones que nos tocan de Navidad y Día de la Virgen de Guadalupe (aunque a los no paisanos nunca les han tocado vacaciones por nuestras fiestas). Y finalmente, Año Nuevo, las últimas vacaciones del año para recargarse para otra vez comenzar este ciclo taaaaaan pesado…

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El libelo de agua

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Durante la Edad Media surgió una falsa acusación antisemita según la cual los judíos asesinaban niños cristianos para hacer matzá con su sangre durante Pésaj. Esta calumnia –que perdura hasta nuestros días en el mundo árabe- es uno de los mayores casos de antisemitismo en la historia.

SARONA PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO -Aunque hoy pocos medios periodísticos serios se atreverían a escribir tan ridícula acusación, no mucho ha cambiado cuando se trata de calumniar al Estado de Israel, convertido en el “judío entre las naciones”.

Hoy no es un libelo de sangre, sino de agua.

Hace dos días comenzó a circular en los medios árabes una historia bajo el título “Israel corta el suministro de agua de Cisjordania durante el Ramadán” poco a poco se ha ido expandiendo a través de los medios progresistas, árabes y de izquierda; la nota no deja ninguna duda, la compañía de agua israelí Mekorot ha privado de agua cientos de miles de palestinos, dejando las costosas pipas de agua como única opción ante tan brutal y desesperada opresión ¡malvados israelíes! ¿Qué no tienen corazón? ¿Privarlos de tan vital líquido durante el mes de Ramadán? ¡Son peores que los nazis en el ghetto de Varsovia!

Sólo que hay un problema con todo esto; es una historia manipulada y sacada de contexto en su totalidad.

¿Qué fue lo que en verdad sucedió?

Durante los meses de verano, el consumo de agua aumenta de forma natural. COGAT (la autoridad israelí en Cisjordania) explicó que, debido a un mayor uso durante los meses de verano, Mekorot se vio obligado a reducir el suministro de agua a todas las áreas de Cisjordania, incluyendo las comunidades judías.

Tras enviar un correo electrónico, Mekorot confirmó que el aumento de la demanda de agua en los meses de verano en Cisjordania ha provocado una escasez “a los asentamientos israelíes y a las zonas palestinas en Cisjordania” siendo esto coherente con la información de COGAT. Igualmente han afirmado que los niveles decrecientes de agua en el acuífero de la montaña han agravado esta situación.

Varios residentes de comunidades judías en Cisjordania han afirmado que la escasez también ha afectado a sus comunidades.

La distribución del agua no puede seguir el ritmo de consumo, por lo que los residentes (tanto palestinos como israelíes) experimentan una escasez.

En pocas palabras, la demanda supera a la oferta, un asunto tan sencillo como esto parece no importarle a ciertos medios de comunicación que rápidamente lo han convertido en otra calumnia contra Israel.

Por último, los medios de comunicación deberían informar que Israel ha aumentado la cantidad de agua disponible para las comunidades de Hebrón y Belén durante la noche, el momento en que los musulmanes religiosos rompen su ayuno y necesitan beber mucha agua para reponerse.

Pero es más que obvio que no lo harán, a los ojos de muchos de ellos, de nuevo el Estado Judío trata de hacer imposible la vida de los palestinos, otra más para el montón.

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¡Estos postres típicos mexicanos tienen origen judío!

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Durante todo el mes de septiembre, por todo el país las familias se reúnen para festejar la Independencia de México, algunos de los platillos más típicos en estas celebraciones tienen en realidad un origen judío. Aquí te contamos su historia.

ENLACE JUDÍO MÉXICO -Los buñuelos, infaltables en estas fechas, se originaron como sufganiyot,  delicias sefardíes de Janucá. Se dice que el aceite utilizado para freír estos aperitivos estaba originalmente destinado para invocar el milagro del aceite.

Algunos proponen que la capirotada mexicana – un rico budín de pan bañado en almíbar – también se originó con los criptojudíos, como una manera de disfrazar el consumo de pan sin levadura durante Pesaj.

De igual manera tenemos a las semitas, o cemitas, pan típico del estado de Puebla y que en muchos otros estados también se fabrica y consume. El nombre del típico pan poblano, de acuerdo con el historiador Carlos Eduardo Benítez, deriva del pan sin levadura de origen judío (semita) consumido en España por la población sefardita (judío-española) desde la época del Imperio Romano.

Otro plato regional mexicano –el cabrito, típico de Monterrey– tiene probablemente orígenes judíos, pues sería la manera en que los criptojudíos  evitaban comer lechón asado.

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Historias de aliá: Completando el círculo familiar

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ELISSA EINHORN / Hillel Butman, de 84 años, hizo aliá de Leningrado a Jerusalem en 1979.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Hillel Butman ha tenido dos maestros en su vida: el antisemitismo y una mujer llamada Lilly.

Nacido en Leningrado en 1932, en lo que él describe como una típica familia judía y rusa, Butman se convirtió en líder clandestino del movimiento judío soviético en los años sesenta.

Aunque su castigo lo llevó a servir nueve años en el Gulag soviético, insiste en que fue un precio pequeño a pagar a cambio de que los judíos soviéticos pudieran vivir libremente.

La familia Butman no era ni religiosa ni sionista, ni sabían nada acerca de la historia judía o de Palestina, pero tampoco estaban asimilados.

El padre de Butman tenía un asiento en la sinagoga de Leningrado donde asistiría a los servicios de las Altas Fiestas; disfrutaba cantando canciones en yiddish; y la familia comía matzá en Pesaj.

“Eran como la mayoría de los rusos”, dice el jerosolimitano de 84 años. “Teníamos un pie dentro y un pie fuera”.

Siendo un muchacho joven cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Butman y su familia fueron evacuados a Siberia. Cuando volvió en 1945 y terminó la escuela, su vida cambió drásticamente.

“Salí de las murallas que me defendían”, recuerda. “Empecé a sentir el antisemitismo por dos lados – “arriba”, que significa el gobierno, y “abajo”, que significa las calles”.

El antisemitismo en las calles, explica, es el tipo ‘variedad de jardín’ que existe en casi todos los países, mientras que el antisemitismo sancionado por el gobierno es el código más peligroso y no escrito que era evidente y se aplicó en la Unión Soviética.

“Oficialmente, Rusia dijo que no hay leyes como las leyes de Nuremberg en Alemania, que todos somos iguales”, dice Butman.

“Pero a pesar de que yo era el mejor alumno en idiomas extranjeros, no fui aceptado para estudiar de traductor para el ejército o la policía. Ellos no dijeron que era por ser judío – dieron otras razones – pero yo lo sentí así”.

Luego quiso ser periodista y se puso en la cola para presentar sus documentos.

“Una mujer de cabello gris tomó los documentos del que estaba antes que yo y del que estaba detrás de mí”, recuerda Butman.

Entendí lo que eso significaba.

El “último golpe en mi nariz judía”, dice, fue cuando fue aceptado, luego expulsado de la escuela militar.

“Estas experiencias con el antisemitismo fueron mi mejor maestro para convertirme en sionista”, explica Butman. “Mi familia no influyó. La vida me influyó. Yo no me sentía parte de los rusos. Su gobierno no era mi gobierno. Su país no era mi país. ¿Pero a qué país pertenecía yo? ¿A qué gente pertenecía? Miré un mapa y vi mi lugar seguro, mi pueblo, mi país.

Butman pronto se encontró con Lilly, a quien él amorosamente describe como su “Madre Sionista” y de quien su hija mayor recibió el nombre. Ardiente sionista, Lilly enseñó hebreo a Butman, pero murió en 1960.

“Buscaba gente que pensara como yo”, dice Butman sobre su amistad.

“En su habitación había un círculo de gente como esa – sionistas. Después de su muerte, me convertí en maestro de hebreo para los que tuvieron la valentía de aprenderlo en los años sesenta”.

En 1966, seis de estos judíos de ideas afines estaban sentados alrededor de un banco del parque en un suburbio de Leningrado y nació la Organización Sionista Clandestina de Leningrado. En 1970, el grupo, que debía permanecer en secreto para no llamar la atención de los funcionarios, había llegado a tener 39 miembros.

La Organización tenía dos objetivos. La primera fue romper los muros de aislamiento para los judíos soviéticos, obligando así al gobierno a permitir que los judíos hicieran aliá; el segundo era luchar contra la asimilación.

“Cuando no hay cultura judía, ni prensa judía, ni escuelas judías, no hay judíos”, dice Butman. “Logramos crear una red de ulpanim (escuelas de hebreo) donde enseñamos hebreo, la historia de Israel, historia del pueblo judío y geografía. También publicamos un periódico judío y conseguimos literatura sobre Israel. Intentamos que los jóvenes judíos fueran sionistas y se prepararan para ir a Israel”.

Por supuesto, había un obstáculo: lograr el permiso del gobierno para irse.

Recordando una historia que leyó sobre un barco portugués secuestrado por antifascistas y que llevó a la conciencia pública de su lucha, Butman pensó que tal vez la Organización Sionista Clandestina de Leningrado podría idear un plan similar para llamar la atención sobre el mundo de la difícil situación de Judíos soviéticos.

“Queríamos decir que no estábamos en silencio”, explica. “Estamos llorando, pero nadie nos escucha”.

Butman conoció al ex piloto militar soviético Mark Dymshits, un judío que había sido expulsado del ejército y que expresó su interés en emigrar a Israel.

Butman planeó un plan detallado que permitiría a 64 judíos soviéticos salir en un avión dirigido a la capital armenia de Ereván. El plan era conocido como Operación Boda porque asistir a una boda familiar era la razón que darían para comprar los billetes, y también para Dymshits para secuestrar el avión y reenviarlo a Suecia.

Sin saberlo Butman y los demás, la KGB era consciente de su actividad.

Como tal, dice, el gobierno soviético organizó una conferencia de prensa y habló sobre “los llamados judíos”, diciendo que no tenían nada en común con Israel, que Israel era un país imperialista que luchaba contra los países árabes y que estas personas “eran nacidas en Rusia y morirían en Rusia”.

Continuando con sus planes, Butman sabía que había tres resultados posibles: la KGB los arrestaría en Leningrado antes de abordar el avión; dispararía al avión si éste despegaba; o serían arrestados en Estocolmo por secuestrar el avión.

“Las tres opciones funcionarán”, pensó Butman, “porque el objetivo era llamar la atención sobre la gente”.

También pensó que el primer resultado era el más probable y estaba en lo cierto.

El 15 de junio de 1970, Butman regresó de la biblioteca donde estaba de vacaciones y fue abordado por tres agentes de la KGB.

“Te estábamos esperando”, fue todo lo que dijeron.

Butman fue condenado a 10 años de prisión, mientras que Dymshits y otro disidente fueron condenados a muerte. Liberado nueve años después, hizo aliá el 29 de abril de 1979. Casi 40 años después, sigue siendo filosófico sobre su pasado.

“Estar en la cárcel no fue una tragedia para mí”, explica, y agregó que no estaba al tanto de la aliá masiva que comenzó a ocurrir mientras cumplía su sentencia. “No pudimos luchar en 1948 durante la Guerra de Independencia porque éramos niños. Como adultos, tuvimos que luchar nuestra propia guerra de independencia en Rusia y por el derecho del pueblo judío de la Unión Soviética a hacer aliá. Lo logramos. Lo que hicimos no fue en vano”.

Su regreso personal a la patria ancestral que habitó su familia no fue en vano.

“Me siento orgulloso de que en mi vida, 80 generaciones de mi familia que vinieron antes que yo estuvieran aquí, en Jerusalem, hasta que los romanos los expulsaron de Eretz Israel”, dice Butman luchando con las lágrimas. “Yo fui elegido para ser el rostro, el elegido para cerrar el círculo. Yo, Hillel Butman, después de 80 generaciones, regresé.

Fuente: The Jerusalem Post – Traducción Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico

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Solo en el mundo: dejando la vida haredí

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AHIYA RAVED / Sin dinero, sin educación y sin familia, los adultos jóvenes que dejan la religión se convierten en inmigrantes culturales en el mundo secular. Hillel, una organización que ha estado activa durante 25 años, está allí para ayudarles, con una nueva sucursal a punto de abrirse en el norte de Israel.

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Shay Azoulay describe la experiencia de la soledad y el desapego como algo esencial para su existencia. “La parte más difícil es no tener una familia”, dice. Nació en una familia ultra-ortodoxa y se encontró completamente aislado en el mundo secular después de que se cortaran sus lazos con su familia.

“El hecho de que no haya contacto en la vida cotidiana no es tan malo, porque somos adultos. Pero de repente llegan las fiestas y la rutina del día a día se rompe”, explica Azoulay. “Los dormitorios de los estudiantes se vacían, porque todo el mundo se va a casa. No olvidaré Yom Kipur, cuando estuve allí completamente solo. Un día que es familiar. Y Rosh Hashaná antes, y luego Sucot y Pesaj, incluso los fines de semana, cuando no tienes contacto con nadie.

En esta completa soledad, encontró una familia adoptiva gracias a Hillel, una organización sin fines de lucro que ayuda a los jóvenes adultos que abandonaron el mundo Haredi. Hillel, que celebra su 25 aniversario en estos días, abrirá su tercera sucursal el próximo mes, en el barrio Hadar de Haifa.

“Hasta el día de hoy, no soporto las fiestas”, admite Azoulay. “En lo que a mí respecta, un día festivo es un día horrible. Y también hubo esos días pequeños, como tu cumpleaños, que no celebras porque no hay con quién celebrar”.

La sensación de soledad del “inmigrante cultural”

Azoulay fue criado en una familia sefardí haredi en Jerusalem “que busca ser ashkenazi”. Estudió en Yeshivot, pero a los 18 años comenzó a pasar por un proceso que le hizo abandonar el mundo religioso y Jerusalem. Se trasladó al centro de Israel y luego al norte, donde terminó una licenciatura. Recientemente regresó a Jerusalem para estudiar para una maestría en la Universidad Hebrea.

“Mi sueño era crear un grupo que se reuniera los viernes para una comida de Shabat. Las sucursales de Hillel en Jerusalem y Tel Aviv celebraban tales reuniones, pero yo estaba en el norte, y llegar al centro desde el norte el viernes por la noche es imposible”, dice.

“Así fue hasta que Hillel me ayudó a encontrar una familia adoptiva. Vienen con regalos cada cumpleaños y cada día de fiesta, muestran interés en mí cuando estoy enfermo, cuando me mudo, cuando voy al extranjero. Es una familia increíble que ahora me acompaña en todo lo que ocurre en mi vida”.

La soledad, añade Azoulay, es sólo uno de los síntomas de la crisis que experimentan los que han abandonado la religión. “Lo segundo en lo que Hillel ayuda mucho es en la cuestión de becas. No es sólo el dinero. Ves a tus amigos; aunque no reciban dinero, vuelven a los dormitorios con la comida de su madre, con la colada limpia. Alguien se preocupa por ellos. Casi ningún estudiante está completamente solo en el mundo. Así que Hillel reparte becas, y alguien te guía en lo que sucede antes de empezar la escuela y adónde ir después de graduarte.

Azoulay necesitaba orientación sobre las cosas más básicas: cómo escribir un currículum y qué son los exámenes de matrícula. “No te pasa por la mente. Nunca piensas en ello. Estaba seguro de que me convertiría en médico, porque nunca me di cuenta de lo que se necesita para ser admitido en la escuela de medicina.

“Cada persona que ha dejado la religión es un “inmigrante cultural”, y tiene que aprender todo desde el principio”, dijo. “Alguien me despidió porque hablaba con acento asquenazi, y a veces hablaba yiddish. Así que me dijo que era inapropiado. Mi lenguaje corporal también era diferente. Me dijo que no tenía posturas de hombre. Me sorprendí y me di cuenta de que tenía mucho que aprender, y en realidad no tenía a quién preguntar. Te caes y te levantas, te caes y te levantas, cientos de veces.

“Ganó la alegría de la vida”

Galit Rosenblatt, la gerente de la nueva sucursal Hillel en el norte de Israel, ha trabajado con poblaciones debilitadas en el pasado en nombre del Ministerio de Bienestar. “Me resulta muy interesante trabajar ahora con poblaciones fuertes, de personas que han elegido hacer un cambio y están buscando alguien que les ayude”, dice. “Quien pasa por este proceso es una persona fuerte, que está haciendo una elección bastante difícil”.

Rosenblatt dice que ya está escuchando a gente de las comunidades del norte antes de la inauguración de la sucursal, y enfatiza que el principal problema que enfrentan las personas que han abandonado el mundo religioso es “hacer accesible el secularismo”, desde abrir una cuenta bancaria hasta abrir una página en Facebook.

Otro obstáculo es la educación. “La mayoría necesita educación básica. Incluso los que son fuertes estudiantes en el Technion hoy tuvieron que hacer todos los estudios básicos primero, hacer un curso pre-preparatorio y luego un curso preparatorio, antes de poder comenzar sus estudios.

Uno de estos estudiantes es Hanni de 24 años de edad de las Krayot, que no hace mucho tiempo era seguidor de Chabad y actualmente está estudiando arquitectura de paisaje en el Technion. Empezó el proceso de abandonar la religión hace varios años. “Comenzó como un proceso interno, un conflicto entre las creencias internas y los valores en los que realmente creía, y la alegría de la vida. Ganó la alegría de la vida”, dice.

“Deliberé durante mucho tiempo, y también quería ser financieramente independiente. Así que en primer lugar, encontré un trabajo para poder mantenerme, y luego compré cinco pares de pantalones de una vez. Ese fue el movimiento físico.

Ella define su relación con su familia como “una conexión floja”. Se dirigió a Hillel unos tres meses. “Chabad solía referirse a Hillel como una organización misionera que hace que la gente deje la religión. Eso está lejos de la verdad. Al principio, ni siquiera querían aceptarme, porque estaba indecisa. Me exigieron que tomara la decisión sola.

Fuente: Ynetnews – Traducción: Silvia Schnessel – © EnlaceJudíoMéxico

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Una historia verídica: Seder de Pésaj en una prisión siria

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ENLACE JUDÍO MÉXICO –El jueves 2 de abril de 1970, la Fuerza Aérea de Israel atacó tanques y artillería sirios en los Altos del Golán. Fueron derribados tres aviones sirios MIG, así como un avión israelí Phantom. El piloto israelí Gidon Magen y el copiloto Pinny Nachmani saltaron en paracaídas del avión, pero fueron capturados por el enemigo sirio. Pasaron los siguientes tres años en la prisión militar de alta seguridad Mezze en Damasco, donde pasaron cuatro noches de Seder, la primera noche de Pascua.

Escribiendo en pequeños pedazos de papel higiénico y papel de regalo, Pinny logro reunir un diario secreto de 300 páginas. Tras su segunda noche de Seder en prisión, en 1971, escribió la siguiente entrada:

“Acaba de pasar la fiesta de Pésaj (Pascua), la quintaesencial fiesta nacional de los judíos. Estamos entre los pocos a quienes se impide celebrar con nuestras familias. Es difícil describir la atmósfera de Pascua en la prisión siria. La mañana anterior, limpiamos meticulosamente nuestra celda (quitando cualquier miga de pan leudado), nunca había quedado tan limpio este piso de cemento.

En un cartón, dibujamos un plato de Seder, con una Estrella de David en medio, y espacio para colocar cada ingrediente en los seis picos de la estrella.

Por la tarde, conseguimos que nos dieran permiso para bañarnos, aunque con agua helada, después de lo cual nos pusimos nuestra ropa de vacaciones y esperamos ansiosamente el comienzo de la fiesta (al anochecer). Fueron horas difíciles de contemplación -las memorias nos inundaban hasta el punto en que las lágrimas ahogaban las palabras mientras recordábamos nuestras casas y tratábamos de sentir la atmósfera de Pésaj al acercarse el atardecer, y nos llegaban los distintos aromas de la tarde.

Anhelábamos sentir en nuestra carne la emoción festiva, los vientos fríos soplando desde las colinas hasta el valle, envolviendo la ciudad de Yokneam en la santidad de la fiesta, sabiendo que toda la Casa de Israel está vestida de blanco, que nuestros hijos y familias están esperando en anticipación, y sin embargo, nosotros, importantes, atrapados, dando vueltas en un colchón apestoso.

El tiempo se alargaba, avanzando al ritmo marcado por las dos Hagadá de Pésaj (folletos para la celebración del Seder de Pésaj) y las migas de matzá que nos hizo llegar el Gran Rabino de Zurich. Estos elementos infundieron en nosotros el verdadero sentimiento de la noche del Seder.

La noche del Seder fluía. Cuando Boaz Eitan (otro piloto que fue capturado un mes después que ellos), el más joven entre nosotros, casi un niño, comenzó a cantar las Cuatro Preguntas, sentí el llanto agolparse en mi garganta. Pero esos fugaces momentos de emoción pasaron de inmediato, cuando todos estallamos en alegre canción.

Fue la más extraña de las escenas. Estábamos en un país enemigo, dentro de una prisión de alta seguridad, tres prisioneros israelíes de una guerra por la libertad, celebrando con canciones esta antigua fiesta de libertad.

Mientras celebrábamos y leíamos en voz alta la Hagadá, aparecieron los guardias de la prisión, exigiendo que nos detuviéramos. En la siguiente celda estaba el recién depuesto Presidente de Siria, Nureddin al-Atassi, el mismo hombre que cuando nos encarceló declaró: “Que los prisioneros israelíes envejezcan en la prisión siria”. Ahora, estábamos todos en el mismo barco.

Al parecer nuestro canto lo perturbó, y pidió a los guardias de la prisión que nos encerraran.

¡Pero nosotros nos negamos!

Ni siquiera la terrible amenaza de enviarnos a celdas aisladas pudo detener el rugido de la libertad.

Concluimos la Hagadá con “Had Gadya”. Pero luego continuamos la celebración cantando canciones israelíes como “Yerushalayim shel Zahav” y “Shneinu m’oto ha’Kfar” y otras que, aunque no relacionadas con las fiesta de Pésaj, nos dieron fuerzas para continuar la celebración toda en la noche, y así tener nuestra pequeña venganza.

Es la noche más larga de Seder a la que he asistido. Tuvimos que ser capturados por los sirios para cumplir lo que está escrito en la Hagadá: ‘Y pasarán toda la noche relatando la historia del éxodo de Egipto’.”

Postscript: En junio de 1972, la Unidad de Élite Matkal del ejército israelí secuestró a cinco oficiales sirios de alto rango como moneda de cambio para poder liberar a los tres pilotos prisioneros. El intercambio de prisioneros se negoció y llevó a cabo un año más tarde, el 3 de junio de 1973.

Fuente: Israel National News

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Alegría y espiritualidad en la cena de Pésaj en el Instituto Cultural México Israel

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El 4 de abril el Instituto Cultural México Israel abrió sus puertas al público para celebrar Pésaj con una cena durante la cual el Rabino Simantob Rafael Nigri explicó la importancia de la cena de Pésaj para el pueblo judío.

El rabino relató que la festividad de Pésaj es conocida como la fiesta de la libertad, ya que conmemora el éxodo judío de Egipto- y dio una detallada explicación sobre los elementos que no pueden faltar en la mesa festiva.

Todos los concurrentes prestaron mucha atención a la explicación del rabino. Disfrutaron del ambiente lleno de alegría y espiritualidad característica de esta cena, entre cantos y buenos deseos.

Una vez más, el Centro Cultural México Israel brinda a todos la oportunidad de celebrar las tradiciones emblemáticas de la Comunidad Judía.

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“Si hoy fuera la salida de Egipto”

Pésaj: ¿Cómo encontramos a los cuatro hijos de la Hagadá en la Torá?

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Mucho se ha dicho de los cuatro tipos de hijos que aparecen en la hagadá y las respuestas que reciben. Sin embargo, ¿de dónde salen estas preguntas, fueron inventadas, recopiladas o a quién se le ocurrió escribirlas?

La realidad es que las cuatro preguntas aparecen en la Torá en cuatro momentos distintos, donde se les ordena a los judíos relatar la historia del Éxodo a sus hijos.

A continuación les mostramos los fragmentos donde aparecen:

Hijo sabio
La pregunta del hijo sabio aparece en Deuteronomio 6:20-23

Si mañana tu hijo te pregunta: “¿Cuáles son los testimonios, que ordeno vosotros el Eterno, nuestro señor?” Dirás a tu hijo: Fuimos esclavos del faraón de Egipto, y el Eterno nos sacó de Egipto con mano poderosa. El Eterno dio señales y prodigios grandes y funestos en Egipto, contra el faraón y contra toda su casa ante nuestros ojos. Él nos sacó de allí, a fin de traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres..

Hijo malvado
La pregunta del hijo malvado se encuentra en Éxodo 12: 26 -27

Cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este servicio para vosotros? Direis sacrificio de Pésaj es para el Eterno que pasó por sobre las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios y anuestras casa libró.

Hijo simple
La pregunta del hijo simple se encuentra en Éxodo 13:14

Será cuando te preguntare mañana tu hijo diciendo: ¿Qué es esto? Le dirás: con mano vigorosa nos sacó el Eterno de Egipto, de la casa de siervos.

Hijo que no sabe preguntar
Y lo que se dice al hijo que no sabe preguntar se encuentra en Éxodo 13:8

Contarás a tu hijo en este día, diciendo: por esto me hizo el Eterno salir de Egipto.

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Pésaj: 8 ideas para sándwiches sin pan

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¡Hoy empieza Pésaj! A partir de hoy en la tarde no se puede comer pan, ni algún otro alimento que use cualquier grano con levadura de cualquier tipo. Para los que aman los sándwiches por su forma, la rapidez con la que se hacen y su practicidad, les enseñamos 7 formas de obtener los mismos beneficios de ellos sin usar ni una migaja de jametz (grano levado).

Taquitos de jícama rellenos de atún con apio y aceitunas.
La jícama aparte de nutritiva es fácil de cortar y se puede rellenar con lo que quieras. Si cortas rebanadas largas te queda una base perfecta para un platillo deicioso.

 

Rollitos de lechuga rellenos de pechuga asada

Sándwich de portobello
Nosotros rellenamos nuestro portobello de huevo, jamón de pavo y jitomate. El resultado fue un sándwich delicioso con una consistencia dura y esponjosa como base.

Queso bríe asado y relleno de vegetales.
Cuando tenemos quesos que tienen su propia costra ¿quién necesita el pan? Este platillo se hizo rellenando el queso con verduras y poniéndolo a hornear. Lo puedes intentar usando papel aluminio para comerlo caliente o dejando que el queso enfríe y retome su forma envolviendo a los vegetales.

Matzá con cheddar y chutney
La ventaja de este platillo es que sabe aprovechar la naturaleza crocante de la matzá: el resultado es el sabor de una galletita salada con queso, que tiene un dejo de dulzura ocasionado por el chutney.

Sandwich iceberg
La lechuga iceberg tiene la forma perfecta para imitar la forma de un pan y envolver los contenidos con la que se rodea. Puedes cortar un pedazo de la misma y envolver queso blanco, aguacate y tomate con ella.

Rollos de papel de arroz.
En la tradición sefaradí se permite comer arroz durante Pésaj, por eso mismo el papel de arroz puede ser la solución perfecta para sustituir el pan que usas en tu sándwich. Los rollos que mostramos a continuación envuelven pollo, lechuga y pepino. Tú los puedes rellenar con lo que más se te antoje.

Flautas de matzá
Se le hecha agua a las matzot y se ponen dentro de una tela a que se ablanden, cuando ya están blandas de rellenan de papa carne, pollo y se fríen.

Fuente: Real Simple Magazine / Traducción Aranza Gleason

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Restaurantes Kosher de Pésaj que te dejarán con la boca abierta

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LA MEIDELE

1. Balaboosta (NYC). Einat Admony, la chef israelí abre las puertas de su restaurante en el Seder de Pésaj y sirve una deliciosa cena de 5 platillos del Medio Oriente. Puedes probar su inigualable borscht con matze balls de betabel, cordero tunisiano con guisado de espinaca, harissa y frijoles de fava. Por si fuera poco sirve helado Kosher de Pésaj de Morgenstern’s de postre. Además, siempre hay música israelí en vivo, vinos exquisitos y un gran premio a quien encuentre el afikoman.

2. Serendipity (Miami). Este increíble lugar de helados en Wynwood, el corazón hipster de Miami, sacó una serie de helados edición limitada hasta el 18 de abril del año en curso. Todos ellos completamente Kosher para Pésaj. Hay helado de charoset, chocolate oscuro y pasitas con ron.

3. Huckleberry (Los Ángeles). Un favorito californiano para brunchar, que se convierte en Kosher de Pésaj en esta temporada. Tienen un plan de mix & match para dos o tres personas de platillos de Pésaj que incluyen pollo rostizado kosher, charoset, sopa de matze ball, hígado picado, latkes con puré de manzana, entre otros. No se pueden perder un kugel de lokshn.

4. My Pita (Houston). Un restaurante tejano completamente dedicado a la comida israelí, hasta cuentan con bebidas y dulces israelíes para complementar tu comida. En estas fechas abren ofreciendo un menú exclusivamente Kosher de Pésaj que incluye shawarma, schnitzel y hasta shakshuka.

5. Dr. Shakshuka (Tel Aviv). Hablando de shakshuka, un excelente restaurante en el corazón de Tel Aviv que ofrece este platillo israelí todo el año, pero en Pésaj se vuelve un must. Si eres mexicano no se te olvide pedirla extra picosa.

6. My Zaidys (Toronto). Una panadería paisana fuera de serie en Canadá que se preocupa porque todos los judíos cuidemos Pésaj. En esta época del año y hasta el 18 de Abril ofrecen nada más y nada menos que su famosa pizza pero Kosher de Pésaj. Los canadienses no tienen que romperse la cabeza, pues hasta entregan a domicilio.

7. Pesach Pop-up Restaurant (Londres). Esta ciudad siempre ha sido muy avant garde y en esta fiesta no se queda atrás. Los ingleses decidieron aprovechar la moda de las pop-up stores para poner su propio restaurante “pop-up” con comida de Pésaj que estará abierto solamente esta semana dentro de la sinagoga de Mill Hill. Se rumora que la comida estará fuera de serie.

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“¿Por qué en Egipto D-os nos salvó y en el Holocausto no?” El mensaje del Rabino Shai Frondlij a Sobrevivientes del Holocausto

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“Una niña de ocho años me preguntó: ¿por qué en Egipto D-os nos salvó y en el Holocausto no?” dijo el Rabino Shai Frondlij, de la sinagoga Ramat Shalom. “La respuesta a por qué la salvación no llega antes, sólo la tiene D-os, pero podemos ver que en Europa tuvimos momentos buenos y momentos malos, poco a poco las cosas fueron empeorando, no nos dimos cuenta al principio, pero en dado momento, comenzamos a pedir ayuda”.

“¿Por qué la salvación no llega antes? Tenemos que preguntarle eso a D-os”.

“Pero lo que sí podemos hacer es sacar algunas enseñanzas”, para lo cual, el Rabino contó una historia:

“En el ghetto de Varsovia, era la época de celebrar Pésaj, y una familia se sentó a cenar, el niño le preguntó a su papá: ¿Voy a vivir el próximo año para hacerte las preguntas de Pésaj?”

“El papá le respondió: ‘No sé si tú o yo vamos a estar vivos, pero lo que sí es seguro es que el próximo año habrá un niño judío que le pregunte a su papá judío”.

“La enseñanza es que la eternidad del pueblo judío no cesará.  Cada uno tiene su historia individual, pero el pueblo judío es para siempre”.

“La noche de Pésaj”, continuó el rabino, “se usa vino rojo, que representa la sangre de quienes fueron asesinados, por eso es que brindamos con él, ya que representa la eternidad, y que nosotros seguimos vivos y que el pueblo judío estará vivo por siempre”.

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La verdadera historia no la escriben los vencedores, sino los hechos

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Tres eventos son básicos para entender la historia de Am Israel: el primero es su salida de Egipto, el segundo es la conclusión de la Alianza en el monte Sinái, y el tercero la toma de Eretz Israel.

DR. ITZCHAK CALAFI

Estudiosos de la Biblia, como J. B. Pritchar y W. Beyerlin creen que el origen de la federación israelita está envuelto en sagas y que las narraciones de la Torá sobre las diez plagas son leyendas estilizadas sobre catástrofes naturales muy frecuentes en Egipto y en Canaán, y que el sacrifico de Pésaj fue originariamente un rito de sangre y ofrenda de la fiesta de gentes nómadas acontecidas en la primavera para defenderse de los demonios y proteger la nueva vida de los rebaños.

El relato de Pésaj es visto por autores que se definen histórico–críticos y por muchos no creyentes como una epopeya similar a las homéricas, la Eneida de Virgilio, la Canción de Rolando, el Cantar de Mio Cid, las sagas de Guillermo Tell o la de los Nibelungos.

Durante los tres últimos siglos el estudio filológico comparado del hebreo y de las lenguas semitas, la arqueología, la egiptología, asiriología, la física, la medicina, la sociología, la antropología comparada, el estudio de religiones, y psicología han aportado conocimientos sobre las Escrituras. La utilización del método histórico, literario, sociológico, teológico y antropológico combinado no mutuamente excluyente es lo que nos permite entender y comprender la veracidad del relato bíblico.

Autores como los norteamericanos G. E. Mendenhall, M. L. Chaney, N. K. Gottwald, éste último marxista, han presentado en 1962 el modelo de transformación social que afirma que lo que realmente aconteció fue un movimiento pacífico de deposición de campesinos esclavos que se liberaron de las ciudades-Estado cananeas y se asentaron en aldeas recién fundadas y/o de una lucha política y revuelta de campesinos organizados en tribus de pastores, mercenarios y facinerosos que atacaron a las ciudades cananeas.

Autores y eruditos marxistas aceptan esta teoría y consideran además que el relato bíblico fue configurado en la etapa post exílica y que fue un grupo de cohanim en el exilio babilónico el que se impuso al resto de su grupo y del pueblo recopilando la tradición oral de los deportados judíos reinterpretándola. El relato de la Torá sería un relato retro proyectivo que justificaría y legitimaría la relación entre las diferentes tribus y sus relaciones de poder. Descubrimientos arqueológicos, como los llevados a cabo por Israel Finkelstein y los estudios de A. J. Hauser contradicen las teorías de Mendehall, Chaney y Gottwald de que los israelitas eran gentes insatisfechas que huyeron de la comunidad cananea. Los resultados más recientes de la arqueología indican que los nuevos colonos de la tierra montañosas provinieron de un hinterland pastoril.

Es el mismo testimonio literario de la Torá que apela y pide a cada individuo que vivió los eventos relatados en las perashiot de Vaera, Bo y Beshalaj, a que los narre fielmente a sus hijos y nietos tal como él los vivió: Y para que hayas de relatar a oídos de tu hijo y del hijo de tu hijo lo que Yo me he mofado en Egipto; y Mis signos los que Yo he operado en ellos… [Shemot 10:2] Sin la presión de ser observado por la “policía” del régimen, (según la teoría de gran cantidad de historiadores marxistas y no creyentes), el sujeto que vive el evento relata en la intimidad y privacidad de la familia aquello que realmente él mismo vivió.

El relato no es narrado por los gobernantes, ni por los leviím ni cohanim, sino por los mismos que vivieron aquellos acontecimientos, y su transmisión es oral, pero no del “aparato del sistema” sino de padres a hijos, y a los nietos, y a las nuevas generaciones: Y habrás de narrar a tu hijo, en aquel día, diciendo: Por causa de esto ha hecho Ado-nai para mí portentos al salir yo de Egipto. Y será para ti como signo sobre tu mano y como remembranza entre tus ojos, para que esté la Torá de Ado-nai en tu boca; pues con Poder fuerte te ha hecho salir Ado-nai de Egipto. [Shemot 13:8-9]

El recuerdo y su repetición vivencial es de obligado cumplimiento: Habrá de ser este día para vosotros como remembranza y habréis de celebrarlo, sacrifico festivo ante Ado-nai por vuestras generaciones, como ley eterna habréis de celebrarlo. [Shemot 12:14]. Habréis de observar esta cosa, como ley para ti y para tus hijos, por siempre. [Shemot 12:24] El relato y transmisión es en la intimidad y privacidad familiar y ante Ado-nai, no ante los gobernantes ni las élites. Los hijos de los que lo estuvieron preguntarán a sus respectivos progenitores, no la “versión” oficial, sino la versión de sus padres, de cómo lo vivieron: Y ocurrirá cuando os dijeren a vosotros, vuestros hijos: ¿Qué es este culto para vosotros? [Shemot 12:26]. Y será, cuando te preguntare tu hijo, mañana, diciendo: ¿Qué es esto? Habrás de decirle a él: Con la fuerza del Poder nos sacó Ado-nai de Egipto, de la casa de la esclavitud. [Shemot 13:14].

Si el texto bíblico hubiera sido diferente al que vivieron los protagonistas, no habrían aceptado la versión bíblica y no la habrían transmitido, y menos en el ambiente que da la privacidad de la familia. Los pretendidos impostores hubieran sido rechazados por la mayoría del pueblo, y más estando en el exilio, donde no hubieran podido imponer nada. Es en la transmisión familiar y en el refugio que da la privacidad de la familia la que rechaza la historia oficial que escriben los vencedores, como es el caso de la transmisión oral en los españoles no fascistas que divergía totalmente de la versión oficial del régimen nacional-católico de Franco que se imponía en el sistema escolar, y que desalentaba la transmisión oral familiar. La historia oficial la escriben los vencedores y dura lo que dura el poder de los vencedores. En todos los pueblos, la versión oficial cambia cuando el régimen cambia y los que controlaban el pueblo son sustituidos por otros.

Pero a diferencia de todas las historias oficiales de todos los pueblos, la historia de la Hagadá de Pesaj se ha mantenido intacta en Am Israel, y en todas las familias que han vivido en la Diáspora, donde el “poder” de la pretendida coacción de las elites judías sobre Am Israel era nulo. Todas las disensiones y rebeliones en Am Israel, empezando por la de Koraj, nunca han puesto en cuestión el relato y versión de la Torá sobre la Hagadá de Pesaj, ya que en caso de no haber sido cierta la narración de la Torá, esto hubiera servido de base para deslegitimizar a los profetas y elites religiosas de Am Israel por aquellos que eran adversos a estos.

Del mismo texto bíblico surge la obligación de explicar y revivir y de trasmitir el relato de la Hagadá de Pesaj privadamente y en la familia, de generación en generación a orden dada a partir de los mismos hechos relatados. Cualquier régimen dictatorial impone su versión sobre la historia y desalienta totalmente que se explique la versión familiar. (1)

En todas las épocas la historia oficial la escriben los vencedores, pero esta versión no perdura, pues al cabo de un cierto tiempo emergen dudas y el rechazo es sustentado por la versión de los perdedores y por los descubrimientos científicos al respecto, y desparece la versión dada por los vencedores cuando estos han desaparecido y han emergido otros vencedores. En el caso del relato bíblico, si hubiera sido un texto falsificado, o hubiera contenido una sola pequeña parcela de falsedad, se reflejarían al cabo de muy poco tiempo las disensiones acerca de la veracidad y aceptación del texto bíblico, lo que se convertiría en una desaparición de este en el transcurso de unas cuantas generaciones, movimiento de rechazo y disolución acelerado por los exilios en la Diáspora, situación de extrema debilidad de los que hubieran impuesto un texto con algún contenido falso en la que no hubieran podido sostener la “versión de los vencedores”.

A pesar de los altibajos, rebeliones, acercamientos y alejamientos de Am Israel a la Torá, durante milenios los textos bíblicos no han sido puestos en duda ni rechazado parte de los contenidos. Los que se alejaban de la Torá se hubieran justificado por la falsedad del relato bíblico, lo que nunca ha acontecido. La Torá misma, a pesar de las adversidades de Am Israel, se mantiene íntegra ante Am Israel, lo que no ha ocurrido en ninguna historia oficial de ningún otro pueblo de la tierra.

La Torá es la Palabra del Eterno, y por mucho que algunos quieran desmentirla, permanecerá para siempre, así como Su amor a Su Pueblo.

Amén veamén

 

 

Notas:

(1) Sobre la veracidad de los hechos, teóricamente se pueden dar cuatro posibilidades:

1. Ser falso el relato de la Hagadá de Pesaj. El rechazo social de cada miembro del pueblo a aceptarlo en privado se hubiera traducido en una descalificación total de todo el texto y se hubiera reflejado en las generaciones sucesivas, en el rechazo a la autoridad de la Torá, más cuando ésta amonesta continuamente a Am Israel por sus transgresiones y le exige un elevadísimo comportamiento ético y compromiso en un mundo sin apenas valores morales. Los leviím, cohanim, reyes y profetas perderían su legitimidad ante el pueblo, Am Israel ha aceptado el mensaje y amonestaciones de los profetas.

2. Ser verdadero el relato pero su obligación de transmisión haber sido posterior a los hechos. Obviamente se habría aceptado parte del relato y consecuentemente también se habría rechazado la parte en que se declara la obligatoriedad de transmitirlo, lo que se reflejaría en una duda constante de Am Israel sobre la veracidad de todos los textos, a partir del momento en que se obliga a transmitir la Hagadá.

3. Ser verdaderos el relato y la obligación de explicarlo y transmitirlo, pero el escrito realmente sería posterior a las generaciones que lo vivieron. El pueblo aceptaría todo el contenido, pero la autoridad de los leviím, cohaním, dirigentes de Am Israel y profetas quedaría dañada al querer presentar los textos coetáneos a los hechos. Esto mermaría profundamente en poco tiempo la autoridad moral de todos aquellos ante Am Israel y reflejaría en una duda constante de Am Israel sobre la veracidad de todos los textos, ya desde el momento en que se escriben, lo que por extensión se mostraría en un rechazo a todo el texto en poco tiempo y se diluiría lo transmitido llegando a desaparecer en pocas generaciones, lo que se aceleraría en la Diáspora al perderse la credibilidad del texto bíblico.

4. Ser completamente verdadero el relato de la Hagada, y su obligación de transmitirlo y revivirlo y haber sido dada y escrita en el tiempo de los hechos. En ningún momento Am Israel en el curso histórico de sus altibajos, de subidas y bajadas espirituales, y de rebeliones, ha manifestado duda de todo lo que queda reflejado en la Hagadá. Lo que confirma totalmente que el texto es coetáneo y verdadero.

Fuente:centrokehila.org

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Los apasionantes hallazgos arqueológicos de tiempos de Josué y su vínculo con la Pascua judía

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“Son hallazgos arqueológicos que nos dan una raigambre bíblica, nos conectan directamente con la Biblia, no hay duda de eso”, dice a Infobae el historiador y especialista en Medio Oriente Sergio Prudencstein (Universidad de Belgrano), en referencia a los trabajos desarrollados por Adam Zertal, un célebre arqueólogo israelí de la Universidad de Haifa, fallecido en octubre de 2015, luego de una prolífica carrera.

Entre los muy interesantes descubrimientos del profesor Zertal se encuentran unas construcciones que él y su equipo desenterraron en las colinas situadas al oeste del valle del Jordán: se trata de una serie de llamativos vallados de piedra, formados por muros bajos, cuya particularidad es que el contorno tiene la forma de la huella de un pie humano gigante.

Vista aérea de uno de estos pies gigantes de piedra

Las excavaciones llevadas a cabo por Zertal y su equipo en el interior y en los alrededores de estos cercos mostraron que sus muros no superaban el metro de altura y estaban construidos con piedras secas. Los restos de artefactos y huesos de animales permitieron establecer que esos sitios datan del inicio de la Edad de Hierro, es decir, en torno al siglo XIII a XII antes de Cristo, la época de la conquista. Dos de estos cercos, además, están circundados por un ancho camino empedrado.

Los cercos hallados son cinco y están ubicados en una línea de varios kilómetros a lo largo del valle del Jordán que luego se desvía hacia el oeste, hasta el monte Ebal.

“Adam Zertal determinó que estos cercos son construcciones de tipo israelita y que eran sitios de reunión; no se trata de corrales para animales sino de áreas usadas para reuniones humanas tipo asambleas y rituales religiosos”, explica Prudencstein.

Zertal buscó en la Biblia una interpretación. Como el ingreso de los hebreos a Canaán se ubica a comienzos de la Edad de Hierro, los sitios pueden ser las primeras huellas de campamentos hebreos del tiempo de Josué. La disposición de los cercos, que lleva de Jericó hacia el monte Ebal, puede simbolizar la entrada y la posesión de un territorio.

Josué, el personaje al que la Biblia atribuye la conquista de la Tierra Prometida.

Pero además, destaca Prudencstein, existen unas 30 citas bíblicas, en el Deuteronomio y en el Josué, dos de los libros del Antiguo Testamento, que hacen referencia al pie como símbolo de la propiedad. “Todo lugar donde esté la planta de vuestro pie será vuestro”, dice el versículo 24 del capítulo 11 del Deuteronomio. Y en Josué 1:3, se lee: “Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés”.

“Zertal siempre trató de armonizar los textos bíblicos con los hallazgos arqueológicos, dice Prudencstein-. Veía la Biblia como reflejo de algo que sucedió pero posiblemente de modo simplificado. Toma el texto bíblico como fuente válida pero obviamente no literal porque está alterado por el paso del tiempo y con todas las ediciones que ha tenido presenta grandes variantes. Algunos de sus detractores, investigadores también importantes, sostienen que quizás los israelíes nunca hayan llegado de Egipto sino que siempre estuvieron en la zona de Canaán. Pero para Zertal, sea una u otra la verdad, lo que sí está confirmado es que las estructuras existen y son construcciones israelíes, de un tipo especial, diferentes de las cananeas.”

El arqueólogo Adam Zertal determinó que estas construcciones de piedra son israelíes y datan de la primera Edad de Hierro

Más allá de la conquista y de la propiedad, la otra significación de estas construcciones es evidentemente religiosa: los cercos tienen un altar. Nuevamente, un pasaje de la Biblia resulta llamativo a la luz de este hallazgo. Son las instrucciones a los israelíes poco antes de entrar a la Tierra Prometida: “Cuando hayas cruzado el Jordán, colocarás esas piedras sobre el monte Ebal y las revocarás con cal, tal como te lo ordeno hoy. (…) Quemarás sobre él (el altar) ofrendas al Señor tu Dios; ofrecerás allí sacrificios de *comunión, y los comerás y te regocijarás en la presencia del Señor tu Dios” (Deuteronomio 27: 4-7).

Es decir que el monte Ebal es mencionado como el primer sitio donde los hebreos debían realizar ceremonias.

El Monte Ebal (a la derecha) en la actualidad

El camino pavimentado que rodea al menos dos de estos cercos probablemente fue usado para algún tipo de procesión. “Rodear un área por medio de una ceremonia es un elemento importante en el Oriente Próximo antiguo”, explicó en su momento el profesor Zertal, para quien los orígenes del término hebreo “jag” (festival) se remontan a la palabra “hug” que en las lenguas semíticas significa “rodear”.

“Según Zertal, y coincido con él -dice Prudencstein-, el término hebreo jag, que significa festival, en lengua semítica también se entiende como cercar o abrazar. Implica entonces que los festivales se realizaban dentro de esos cercos que son cercos ceremoniales”.

“El descubrimiento de estas estructuras ‘de pie’ -decía Adam Zertal- abre un nuevo sistema de percepciones lingüísticas e históricas”. Destacaba que la palabra hebrea bíblica para “pie” -“regel” – significa actualmente “festival”.

“Ahora, después de estos descubrimientos, el sentido de los términos se hace claro. La identificación de los recintos ‘de pie’ como sitios antiguos para ceremonias israelíes nos conduce a una serie de nuevas posibilidades de explicar los comienzos de Israel y de las festividades del Pueblo de Israel”, dijo Zertal,

El arqueólogo israelí Adam Zertal

“Las construcciones en pie evidentemente fueron usadas para ceremonias en la Primera Edad de Hierro -explica Sergio Prudencstein- y quedan como huellas permanentes de la peregrinación de este pueblo. El monte Ebal es el sitio en el cual la Biblia dice que se realizaron las primeras ceremonias. Y este significado relacionado con fiestas nos lleva directamente a celebraciones, a la primera Pascua en Tierra Prometida. La palabra del hebreo bíblico para pie es regel y se usa también para festival, porque con los pies bailamos. La Pascua evoca la salida de Egipto. Se supone que la celebraban en el desierto pero sobre eso no hay huella”.

La expresión “aliya la-regel” significa “ascendiendo al pie”. Se traduce por peregrinación, entendiendo la expresión como “ir a pie”, sigue diciendo Prudencstein, pero en realidad es “vamos al pie” a tener el festival.

Estas ceremonias, explica, están también relacionadas con los ciclos agrarios. Lo que se ofrenda en esos altares son las primicias, los primeros frutos, que llegan en abril, por eso el vínculo con la Pascua, que coincide con el tiempo de cosechas.

 

Las construcciones halladas por Zertal tenían una función ceremonial

“Los israelíes -dice Prudencstein- recuerdan su salida de Egipto. Por eso la cena con el cordero, con cuya sangre pintaron las puertas para que no les tocara la última plaga que cayó sobre los egipcios y convenció al faraón de dejarlos partir. Las hierbas amargas son para recordar los tiempos de la esclavitud. El pan sin levadura, llamado pan ácimo, recuerda el apuro con el cual partieron de Egipto; no había tiempo para que la masa levara. Cuando Jesús está con sus discípulos en la llamada Última Cena es esa la comida que están compartiendo y es ese el pan que Él va a partir y comer con ellos”.

“Este año la Pascua judía y la cristiana coinciden. Los judíos recuerdan su liberación de Egipto. Los cristianos que fueron redimidos por Jesús”, concluye.

Fuente: Infobae

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¿Cómo es que en Pésaj el pan de la esclavitud se convierte en el pan de la libertad?

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En Pésaj tomamos el carpas (verdura) y lo remojamos dos veces en agua con sal para representar las lágrimas que nuestros antepasados derramaron miles de años atrás. Sin embargo, no se nos dice cuándo vertieron esas lágrimas: bien pudo haber sido en Egipto gracias a los trabajos obligados con los que eran atormentados por el faraón, o al enfrentar el desierto cuando añoraban “sentarse al pie de las ollas de carne”. No sabemos si lloraron al dejar la esclavitud o al perder la libertad. Sin embargo, de lo que sí podemos estar seguros es que en el seder de Pésaj, libertad y esclavitud, dulce y amargo, pobre y rico, oculto y revelado se entremezclan continuamente donde uno se confunde con el otro y el movimiento obliga a la persona a definirse.

Los ritos de Pésaj han de ser una de las practicas más enigmáticas que se hayan realizado en la historia del judaísmo; podría decirse que comienzan con la quema del jametz (pan prohibido) y terminan con el aficomán (pan que debe ingerirse) o que inicia en el kidush, la santificación del día con vino y finaliza con la copa de Eliahu Anaví (Elías el profeta).

En el primer ciclo lo iniciamos deshaciéndonos de un alimento que no podemos consumir porque está prohibido consumirlo y termina con un alimento que debemos consumir porque adquiere santidad. Mientras que el segundo ciclo comienza con una bebida que servimos y bebemos y termina con una bebida que servimos como ofrecimiento y que no ingerimos. Los dos ciclos representan el camino que todo judío puede recorrer cuando decide salir de la esclavitud en busca de la libertad.

El primer aspecto que es notorio a primera vista es que ese camino está oculto. Hay que buscar el jametz y hay que buscar el aficomán. ¿Qué quiere decir esto? ¿por qué la búsqueda?, ¿qué representamos cada vez que ponemos en escena el juego de perder y encontrar cosas durante Pésaj?

Del jametz a la matzá: nuestra libertad está en nuestros defectos.

Lo cierto es que no es claro, entre el jametz y la matzá uno representa la esclavitud y otro representa la libertad. Aunque como todo en este día no es evidente cuál es cuál, le corresponde a cada individuo definirlo:

La matzá es el pan ácimo, un pan al que no se le permite leudar, en la Hagadá se le llama “el pan de la pobreza”, y al mismo tiempo es “el pan de nuestra libertad”. No es claro si es el pan que nuestros antepasados comieron al ser esclavos en Egipto o el pan que comieron cuando fueron liberados.

Es decir, no es claro si la matzá es un pan que no pudo leudar porque los trabajos excesivos que exigía el faraón no les permitían tener tiempo para dejar la masa reposar o si es un pan que no pudo leudar porque los judíos tenían tanta urgencia y ansias de salir a la libertad que ni siquiera dejaron tiempo suficiente para que el pan leudara. Finalmente, no sabemos si comemos matzá para representar la esclavitud que nuestros antepasados vivieron o para representar su libertad.

Tampoco lo sabemos al dejar de comer jametz. Éste, es cualquier tipo de harina, levadura, panqué o pan que no sea matzá. Usualmente se usa para honrar el Shabat y las fiestas; es muestra de abundancia y de riqueza. Sin embargo, en Pésaj también se convierte en símbolo de esclavitud porque es lo único que puede llegar a romper tu voluntad; es lo único que puede convertirse en una tentación verdaderamente fuerte durante la semana de Pésaj.

No comer jametz es la prohibición más importante durante esos días y comerlo tiene implicaciones rabínicas fortísimas. Dentro del contexto de una persona que ha decidido seguir las mitzvot (mandamientos toraicos), comer jametz implica que no reconoces a D-os, ni a la salida de Egipto y que no eres capaz de dominar tus deseos físicos para darles un sentido superior. Es decir, implica que sigues siendo esclavo de tus caprichos; que te quedaste en Egipto.

Mientras que comer matzá te reta diariamente. Te obliga a recordar la Torá con cada bocado y a superarte física y espiritualmente. Tras una semana de auto limitación diaria, uno adquiere cierta fuerza de voluntad que sin esta práctica no sería posible. La matzá representa la aceptación de D-os y la Torá y el infinito agradecimiento que uno puede sentir por haber sido liberado de Egipto; el contarse a sí mismo dentro del pueblo judío.

Sin embargo, con el tiempo tanto jametz como matzá han sido interpretadas de numerosas formas; la que encuentro más interesante es aquella donde se dice que ambas, juntas, representan las características internas que conforman nuestro carácter, en hebreo se llaman midot. Dentro del judaísmo se piensa que las virtudes y los defectos de una persona surgen de la misma raíz espiritual que forma la personalidad del individuo. La palabra midá, que es cualidad, literalmente quiere decir medida. Es decir no hay nada intrínsecamente malo dentro de la persona, ni nada intrínsecamente bueno. Lo que lo hace bueno o malo es la forma en la que se usa: la medida. Tu defecto con otra dirección se vuelve tu virtud.

Jametz y matzá están hechas de la misma forma: harina y agua. Lo único que cambia es el tiempo que se deja a la masa reposar, la medida. Si se usan en el momento que deben ser usados sirven para honrar a D-os y para crecer internamente; sin embargo, si se usan en el momento indebido y de forma indebida desacralizan Su nombre y ocasionan daño a quién las usa.

La libertad de Pésaj consiste en conocernos, en buscar el jametz y la matzá dentro de nosotros; en buscar aquello que nos separa de D-os, atrevernos a ver nuestros defectos y luchar para convertirlos en virtudes. En hacer que el pan de la esclavitud se vuelva el pan de la libertad.

Del kidush a la quinta copa del séder: Exilio y Redención

En este proceso se encuentran las dos libertades que celebramos en Pésaj: la libertad por la cual luchamos al salir de Egipto y la libertad por la cual debemos luchar diariamente. La matzá es a la vez el pan de nuestro pasado y el pan de nuestro presente. Sin embargo, este simbolismo también se ve reflejado en las cinco copas de vino que servimos en el séder de Pésaj.

En el kidush (la primer copa), santificamos el día como un recuerdo de la liberación que vivimos de Egipto y después durante el séder bebemos tres copas de vino extras que sumadas a las del kidush cuentan cuatro. Cada una de ellas representa cuatro formas o fases de libertad que debemos de alcanzar antes de que llegue el Mesías y seamos merecedores de la Redención final.

En el judaísmo se considera que nuestra libertad es incompleta hasta que cada individuo haya logrado auto perfeccionarse al punto tal de haber roto todas las ataduras físicas y espirituales que lo separan de D-os. Esto se representa en la quinta copa que servimos.

Es una copa que al igual que el jametz no bebemos, sin embargo, a diferencia del jametz no la bebemos porque estamos esperando que Eliahu Anaví (Elías el profeta) nos la ofrezca cuando logremos traer la Torá a este mundo.

Para lograr ese objetivo debemos conocernos; conocer nuestra tradición y conocer a fondo la Torá oral y la Torá escrita. Todo el séder gira alrededor de cuatro preguntas y de la importancia de la duda porque la pregunta y la duda es el inicio de cualquier conocimiento: sólo a través de preguntar podemos descubrir la verdad y sólo a través de cuestionar a la tradición y los preceptos podemos hacerlos nuestros. Al mismo tiempo, no hay forma de que conozcamos nuestros defectos y los redirijamos si no nos atrevemos a explorarlos. Por eso la pregunta y la búsqueda son las dos figuras centrales de la liberación de Egipto y el rito de Pésaj.

El séder concluye con el aficomán que comemos. La respuesta que se le debe dar al hijo sabio es “no pruebes nada después del aficomán

El aficomán es una matzá que al inicio del séder se guarda en una cubierta y se esconde. Los niños de la casa deben buscarlo para que todos podamos comer de él. Una vez que se encuentra, en toda la noche no podemos comer nada más. Para rab Bery Grenshfeld lo que el aficomán representa es la respuesta interna a nuestras preguntas: el pedazo de verdad que alcanzamos tras estudiar la Torá, el momento de santidad que vivimos cuando hacemos una mitzvá (mandamiento toraico), cuando rezamos, cuando estamos con D-os. Una vez que encontramos esa respuesta, una vez que compartimos Su compañía, no debemos ir más allá, debemos quedarnos con Él.

Beberemos de la copa de la Redención cuando hayamos buscado nuestro jametz interno (nuestros defectos), lo hayamos quemado en una ofrenda, hayamos luchado por la matzá que nos alimenta (las mitzvot) y hayamos podido quedarnos con el sabor del aficomán en la boca; con la paz que otorga el encuentro con D-os.

Antes de ese momento los invito a que sigamos buscando.

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¿Por qué la festividad de Shavuot no tiene fecha?

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El nombre de Shavuot quiere decir semanas. Esto es porque la fiesta a diferencia de Pesaj, Sucot y muchas otras celebraciones judías no tiene una fecha específica dentro de la Torá. Únicamente se nos da la fecha de Pesaj y se nos pide que a partir de ese día contemos 7 semanas para celebrar la fiesta de Shavuot. Esto es porque Shavuot es una fiesta activa.

Si observamos la celebración de Pésaj tiene un carácter de pasividad en los elementos que se narran: Hashem abre el Mar por nosotros, Moisés nos guía. Sin embargo, pareciera que somos un tanto accesorios, que estamos hasta cierto punto de paso.

Sin embargo, tras el primer día de Yom Tov, con la cuenta del Ómer cada acción que tomamos dirigiéndonos hacia Shavuot, deja de ser pasiva. Cada día estamos obligados a hacer una mitzvá, a mejorar nuestro carácter y seguir la cuenta. Nos volvemos activos, al punto tal que tras 49 días hemos ascendido por 50 niveles de pureza y estamos preparados para recibir la Torá. Sin embargo, el hecho es que el recibirla o no depende de nosotros. Somos nosotros quienes hacemos en su totalidad el sentido de la celebración. Por eso la Torá no pone una fecha específica para Shavuot, nos dice como ponerla nosotros.

Fuente: Short Vort

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